Historia de Lugros.

Existen vestigios que testimonian intentos de población en la prehistoria por pueblos atraídos por sus metales, en especial en el Tajo Bermite, donde existió un gran poblado Argárico dedicado a la fundición del hierro, pero no será hasta el Bajo Imperio cuando podamos situar con certeza el origen de Lugros.

El pueblo como tal se inició en la época del Imperio Romano y aunque su economía estuvo basada en la minería, su topónimo, sin embargo, no alude a ninguno de los metales que los romanos venían a buscar, sino a los lobos, que por aquel entonces debían ser muy abundantes en la zona. Del latín lupus, que significa ‘lobo’, derivó más tarde en Luberos, luego en Lubros para terminar evolucionando hasta el actual Lugros (Asenjo Sedano nos dice que el nombre de esta localidad tiene su origen en una villa romana del Bajo Imperio, su nombre deriva de lupus, en latín lobo. Pedro Suárez, dice que el nombre proviene de algún miembro de la ilustre familia romana de los Lupos. A esta familia, según la misma fuente, pertenecía Santa Luparia, matrona romana que fue la primera que san Torcuato convirtió a la fe cristiana en nuestra comarca). El gentilicio de su gente es «lugreños» aunque, erróneamente, por esta zona también se les llama «lureños», y al pueblo «Luros» (En otra época fueron “lubrises” y “lubríes”).

Durante la época visigoda la metalurgia y la explotación minera son uno de los principales recursos de la población de Lugros. Los establecimientos metalúrgicos más importantes de la zona sin duda alguna son los que integran los talleres de Loma del Moquillo y Loma del Perro. Instalados sobre dos grandes lomas paralelas, a 1200 m de altitud y a unos cientos de metros del pueblo. Por los restos que se han encontrado puede afirmarse que estos establecimientos se dedicaban a la extracción del metal en bruto por medio de hornos de reducción, sin un tratamiento posterior del mismo. (Escorias fundidas en masa, cerámica relativamente abundante, muelas a mano,...). También hay constancia de otras instalaciones que se alinearon al pie de la ladera de la Loma del Perro, al borde del pequeño arroyo de montaña de Canalones. (Maryelle Bertrand y José Ramón Sánchez Viciana - La maîtrise de l'eau en al-Andalus: ).

En el período Medieval, los mozárabes mantuvieron este lugar habitado al menos hasta el siglo XII (Según se desprende de algunas crónicas sobre el "Sened de Guadix"). Entre los documentos árabes más antiguos se encuentra uno de 1187 (publicado por González Palencia en 1940), es un pleito entre las alquerías de Lubros y Bartiliana (seguramente las actuales Lugros y Purullena), por las aguas para el riego. En él se mencionan algunas estructuras hidráulicas y, sobre todo, derechos adquiridos antiguamente así como la organización de usos y riegos al igual que ocurre con el repartimiento de las aguas del río Alhama (El agua se recogía y juntaba en el lugar llamado Maqçam donde se efectuaba el reparto). Los lugares con derecho al agua eran Lugros, Ablaynit, Güebro(Huebro), Bizar(Policar), Graena, Lares y Cabçon, pero no se mencionan el Hamerin ni Paulenca. 

Aquella agua se partía en dos mitades y con ella se regaban en total siete alquerías y heredamientos. La primera mitad del agua se encaminaba por la llamada acequia de Lugros, y, tras regar su vega continuaba en la de Ablaynit y Huebro. La segunda de las acequias arrancaba, desde el Maqçan y se dirigía hacia la alquería de Bizar(Policar), pero antes de llegar a aquella población se volvía a partir por la mitad de nuevo y cada una iba por su acequia correspondiente, así se recogió en el documento del siglo XII ("Parten por medio toda el agua desta açequia deslindada en el dicho partimiento postrero en dos açequias", cada una de ellas tenía 1/4 del total del río). La primera de las acequias servía para regar los lugares de Bizar y Lares. Bizar tenía el agua toda la semana excepto el sábado que era para los de Lares. Este derecho lo mantuvo después el llamado campo de Façalares o Çafalares pues según parece los habitantes fueron abandonando el lugar y se instalaron en Beas de Guadix donde aparece un arrabal llamado Lares. La otra acequia regaba las tierras de Graena y de Cabçon, el primer lugar tenía agua todos los días del mes exceptuando 4 días al principio y 3 al final, es decir, 7 días era el agua para Cabçon «por la costumbre que tienen, por la diferençia de los días y noches» aunque los testigos no estaban muy seguros respecto a este último reparto ("E lo reconoçieron ecebto la conpañia entre Cabçon e Agrayena, questo no lo saben")

Los límites de este Sened llegaban hasta el Cortijo del Camarate, dependiendo por tanto de Guadix la aldea de Lugros junto al barrio del Marchalejo y las Herrerías, a las que los moriscos, al igual que anteriormente los romanos, llevaban el hierro para su transformación en herramientas.


Durante el período Nazarita fue una alquería dependiente de Beas de Guadix (entonces Beas de los Cautivos), contradiciendo a la ley de que la gente de la montaña siempre se impone a la del valle. Esto se debería lógicamente más que a fallo de la ley, al poco volumen demográfico que tenía en aquellos tiempos, ya que posiblemente no pasaba de aldea. Por ese motivo se le privó de la estructura jurídica suficiente para que pudiera levantarse allí una de tantas y tan interesantes, iglesias mudéjares.

Tras La Reconquista, la aldea fue repoblada con cristianos viejos provenientes de Navarra y Castilla que se esforzaron en hacer desaparecer todo lo relacionado con los musulmanes. De ahí posiblemente, el ritual de las matanzas caseras y la producción de vino. También se produjo un importante desarrollo de la agricultura y la ganadería. Se mantiene activa la siderurgia que existía hasta entonces e incluso se potencia (En 1489 Lugros sigue siendo un importante centro siderúrgico provisto de fuelles y martillos hidráulicos). En las herrerías se funde y trabaja el mineral que traen de Alquife y el extraído en el pueblo. Esto habría supuesto según M. Bertrand una intensificación de la explotación y una transformación del territorio por la cantidad de madera requerida en los trabajos de fundición (BERTRAND et alii, 1996: p. 189). En 1685 en las herrerías se fundían más 40 quintales de mineral).

De 1489 año de la conquista de los Reyes Católicos hasta la Rebelión o Alzamiento de los moriscos (1568-1571) fue creciendo la población. Sin embargo, estos cristianos eran insuficientes para llevar a cabo las labores del campo (agricultura y ganadería) y el rey Felipe II con su Real Cédula de 1571 da normas para el "nuevo aposentamiento de población". Así, poco a poco las propiedades se adjudicaron y las familias se fueron asentando, aunque fue un proceso lento que llevó su tiempo. Durante todos estos años sus habitantes, como buenos feligreses "cristianos viejos" cumplían sus deberes religiosos acudiendo a Beas, a pesar de los impedimentos de la distancia y las inclemencias del tiempo. En 1603 debido al crecimiento del pueblo se gestiona el hacer una capilla con el fin de evitar que los vecinos tuviesen que bajar a Beas a cumplir con sus deberes religiosos.

Sobre 1614, D. Belardino Olarte de Fuentes compra la jurisdicción del llamado LUGAR DE LUBROS, o Alcaría de Lubros, y en su lucha contra los administradores de Guadix por demostrar que Lubros era un lugar importante y merecedor de una Marquesado, en contra de estos, que querían apropiarse del agua de la sierra y por tanto no permitir asentamiento importante en el lugar, escribió lo siguiente "la alcaría de lubros no es un lugar yermo y despoblado, siendo como es debido desde que esta ciudad se ganó a los moros, que es lugar formado y antes que se ganase, también lo fue, y por ser así los moros le pusieron nombre de alcaría, porque así llamaban a todos los lugares, a diferencia de los heredamientos despoblados y áridos y fue lugar tan principal que tuvo y tiene hoy Castillo para su defensa y poblaciones menudas sujetas a él y Baños Artificiales y hace más de ciento veinte años que esta alcaría ha tenido población de quince o más vecinos y actualmente tiene más de veinte, fuera de gran número de gente que de ordinario está trabajando en las herrerías, que son parte de esta alcaría".

D. Belardino Olarte de Fuentes fue el primer Marqués de Lubros, marquesado que sigue vigente hoy en día en las manos de D. Luis de Osorno Picardo (extracto del Archivo General de Simancas, Legajo 300, fol.17 y Legajo 310, fol.1)A partir de la constitución del Marquesado, Lugros sufrió un crecimiento muy importante, debido en especial al auge de sus famosas Herrerías, éstas estuvieron funcionando hasta principio del siglo XX.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

La Dehesa del Camarate.

La Dehesa del Camarate es una finca de 1600ha perteneciente al término municipal de Lugros y dentro del Parque Nacional de Sierra Nevada. S...