lunes, 10 de abril de 2023

La Dehesa del Camarate.

La Dehesa del Camarate es una finca de 1600ha perteneciente al término municipal de Lugros y dentro del Parque Nacional de Sierra Nevada. Sus laderas son empinadas y ricas en vegetación. Se localiza en la vertiente norte de Sierra Nevada con una altitud que oscila desde la cota 1400m del Horcajo hasta los 2800m del Mirador Alto. Respecto a su Flora, puede afirmarse que se trata de una reliquia casi intacta que ha sobrevivido milagrosamente a la mano del hombre y a los desastres naturales. Eso, junto a las abundantes precipitaciones de este sistema montañoso, tanto en forma de lluvia como de nieve, hacen que la vegetación sea abundante, y lo más importante: rica en especies que sólo encontramos en esta zona y que la convierten en unos de los rincones más hermosos del Parque Nacional de Sierra Nevada.

Por encima del bosque se encuentran varios tresmiles: El Picón de Jérez (con su loma y miradores), Juntillas, Cervatillos/Covatillas, Los Cuartos y el maravilloso conjunto del Lavadero de la Reina (cascadas del Covatillas).



Este húmedo bosque contrasta con la semidesértica llanura de la Hoya de Guadix y la alta montaña de Sierra Nevada. Cuenta con una biodiversidad botánica de primera magnitud. Conserva especies autóctonas intactas como: robles, melojos, arces, majuelos, cerezos silvestres, quejigos, serbales, abedules, tejos, mostajos, maguillos,…



Historia de la dehesa.

La primera reseña histórica donde aparece, la encontramos en 1504, cuando los Reyes Católicos dan en exclusiva la propiedad al Monasterio de los Jerónimos de Granada. En esa época es muy considerada y valorada por sus innumerables prados donde pastan todo tipo de ganado. Los monjes, desde su primer momento, la arriendan al Conde de Tendilla por 15.000 maravedís, para el usufructo de sus pastos.

A lo largo de la historia el ganado ha conformado el paisaje del Camarate. Aquí siempre ha habido toros bravos, de ahí que se conserven infraestructuras para el manejo de estas reses (un tentadero, un embarcadero). También es de destacar la presencia de la Caballería Real del Ejército español, que desde 1902 a 1940 arrendaron la finca para traer a pastar los potros de la remonta. El Estado español, en su ramo de guerra tiene, en ese momento, su sede en la noble ciudad de Úbeda, estableciendo allí la Remonta o cría caballar. Los caballos pastaban en invierno en Sierra Morena y en verano venían a Sierra Nevada buscando hierba fresca y temperaturas más suaves. Para el traslado de 2000 cabezas de ganado, (madres y potros) se crea la Cañada Real de los Potros, que une ambas localidades, Úbeda y Lugros, y que sirve de vía de tránsito a todo tipo de trashumancia de ganado entre Sierra Morena y Sierra Nevada. Es importante también la cabaña caprina, que llegó a tener en el siglo pasado unas 5000 cabezas.

Gracias a esta actividad se ha mantenido y mantienen, los tesoros botánicos más preciados de cuantos hay en el Parque Nacional de Sierra Nevada. Es la zona de reserva más valiosa del Parque Nacional, en ella se encuentra el mejor y más completo bosque mixto caducifolio de toda la provincia de Granada y de gran parte de Andalucía. Robles melojos, arces, serbales, cerezos y manzanos silvestres, quejigos, rosales silvestres, agracejos, sauces, etc., son un ejemplo de la diversidad arbórea del paraje. Son de destacar los Tejos milenarios que nos encontramos aquí, en total unos 80 ejemplares. Este árbol es sagrado en la mitología celta y es posible que verlos por estos lares haya inspirado el sobrenombre de Bosque Encantado.



Un arbolillo curioso que aparece en los fondos de barranco de la Dehesa, es el espino cerval (Rhamnus cathartica), especie propia de los bosque húmedos del centro de Europa y el norte peninsular, y que en la mitad sur peninsular tan solo se encuentra aquí.




Visita.

A partir del año 2000 la dehesa se abre al uso público. En la actualidad son miles los visitantes que anualmente vienen a verla. Para acceder al “Bosque Encantado”, hay que hacerlo andando, no está permitida la circulación de vehículos. Su entrada está a unos cinco kilómetros de la carretera que va hasta Lugros, junto al cauce del rio Alhama y en paralelo al Barranco de las Rozas. El camino empieza a la derecha junto a una antigua ermita inacabada, un camino empedrado que transcurre entre árboles centenarios y que llega hasta la plaza de toros donde se encuentra el antiguo tentadero (hoy día fuera de uso). En su inicio el camino es más cerrado, pero a medida que ascendemos se vuelve más amplio, dando lugar a unas vistas impresionantes sobre todo en otoño, por el colorido de los árboles. Lo normal en el recorrido es encontrarse con vacas y terneros pactando que nos acompañarán a lo largo del camino, y, a las que es mejor no molestar (aunque no sean bravas). A la izquierda de la ermita sube un sendero mucho más empinado y estrecho, conocido como "cuesta del Espino" (a medida que se avanza se vuelve más amplio y cómodo), aunque inmejorable si lo que se quiere es disfrutar de las vistas espectaculares del valle de rio Alhama.

Es en otoño cuando el Camarate adquiere su máximo esplendor. La paleta de colores que dibujan los arboles van, desde los rojos intensos de los cerezos silvestres, los amarillos fuego de los aceres, los amarillos plateados de los mostajos, al ocre de los robles. Esto, unido a las nieves de las cumbres y los verdes de los prados, nos recuerda a un paisaje del norte de España.

Es el lugar perfecto para disfrutar de bellas panorámicas. Son los amantes de la fotografía los que se patean cada rincón del lugar buscando su mejor cara. En internet podemos disfrutar de miles de instantáneas puestas por nuestros visitantes.



El Bosque Encantado está vinculado inexorablemente a la actividad humana. No se concibe un lugar como este sin gente. Y no se hubiera conservado sin la intervención humana. Es de destacar la red de Acequias de Careo que riegan todos los prados de la finca. La función de las mismas es entretener el agua sobrante de los ríos de alta montaña, con el fin de que aflore en las fuentes cercanas al pueblo en verano. A esto se le llama sembrar agua. Están datadas en época árabe y han llegado a nuestros días cumpliendo su función. Tras medio siglo de abandono la Comunidad de Regantes las está recuperando. Y además de aumentar el caudal de agua disponible en la vega en verano, también es la causante de formar los pastos de alta montaña, que alimentan al ganado.

El Camarate es un regalo de nuestros antepasados, que tenemos el deber de transmitir a nuestros hijos, al menos en las mismas condiciones que nosotros lo hemos recibido. En nuestros días se cierne una amenaza sobre nuestros bosques que los pone en peligro, el Cambio Climático. Está en nuestras manos revertir este proceso, de lo contrario, las especies autóctonas desaparecerán dejando paso a otras adaptadas al calor.


La Sierra.

La sierra de Lugros forma parte del macizo de Sierra Nevada, que durante miles de años ha visto su espacio alterado por la acción del hombre (pastoreo, minería, talas incontroladas, producción de carbón, agricultura, repoblación forestal,…). Estas actividades hicieron retroceder al bosque autóctono casi hasta su desaparición.


Los bosques de Lugros sin embargo, se han salvado de esta intensa intervención humana porque desde el momento de la conquista castellana del reino Nazarí, se han mantenido históricamente dentro de una continuada titularidad privada que, al impedir el libre acceso a la finca, evitó la esquilmación de sus recursos forestales, salvándola así entre otras cosas de la substitución del bosque original en la masiva repoblación forestal (de pinos) del pasado siglo XX. Motivo por el cual la Dehesa del Camarate se ha convertido en uno de los rincones más hermosos del Parque Nacional de Sierra Nevada y en un auténtico tesoro de joyas botánicas salvadas de la intervención humana.

En 2002 una parte de la dehesas fue adquirida por el Ministerio de Medio Ambiente, y puesta a disposición pública para el disfrute de todos los ciudadanos.

Otros parajes como la Aliseda del Barranco de Rambla Seca, que separa los términos de Lugros y La Peza, el Valle del Río Alhama, la Solana del Espartal, La Zuela, El Barranco la Piedra y El Barranco Fraguas, son también lugares igualmente singulares.



miércoles, 5 de abril de 2023

Historia de Lugros.

Existen vestigios que testimonian intentos de población en la prehistoria por pueblos atraídos por sus metales, en especial en el Tajo Bernite, donde existió un gran poblado argárico dedicado a la fundición del hierro, pero no será hasta el Bajo Imperio cuando podamos situar con certeza el origen de Lugros.

El pueblo como tal se inició en la época del Imperio Romano y aunque su economía estuvo basada en la minería, su topónimo, sin embargo, no alude a ninguno de los metales que los romanos venían a buscar, sino a los lobos, que por entonces debían ser muy abundantes en la zona. Del latín lupus, que significa ‘lobo’, derivó más tarde en Luberos, luego en Lubros para terminar evolucionando hasta el actual Lugros (Asenjo Sedano nos dice que el nombre de esta localidad tiene su origen en una villa romana del Bajo Imperio, su nombre deriva de lupus, en latín lobo. Pedro Suárez, dice que el nombre proviene de algún miembro de la ilustre familia romana de los Lupos. A esta familia, según la misma fuente, pertenecía Santa Luparia, matrona romana que fue la primera que san Torcuato convirtió a la fe cristiana en nuestra comarca). El gentilicio de su gente es «lugreños» aunque, erróneamente, por esta zona también se les llama «lureños», y al pueblo «Luros» (En otra época fueron “lubrises” y “lubríes”).


En el período Medieval
, los mozárabes mantuvieron este lugar habitado al menos hasta el siglo XI y XII 
(Según se desprende de algunas crónicas sobre el "Sened de Guadix"). Entre los documentos árabes más antiguos se encuentra uno de 1187 (publicado por González Palencia en 1940), es un pleito entre las alquerías de Lubros y Bartiliana (seguramente las actuales Lugros y Purullena), por las aguas para el riego. En él se mencionan algunas estructuras hidráulicas y, sobre todo, derechos adquiridos antiguamente así como la organización de usos y riegos al igual que ocurre con el repartimiento de las aguas del río Alhama (El agua se recogía y juntaba en el lugar llamado Maqçam donde se efectuaba el reparto). Los lugares con derecho al agua eran Lugros, Ablaynit, Güebro(Huebro), Bizar(Policar), Graena, Lares y Cabçon, pero no se mencionan el Hamerin ni Paulenca. Aquella agua se partía en dos mitades y con ella se regaban en total siete alquerías y heredamientos. La primera mitad del agua se encaminaba por la llamada acequia de Lugros, y, tras regar su vega continuaba en la de Ablaynit y Huebro. La segunda de las acequias arrancaba, desde el Maqçan y se dirigía hacia la alquería de Bizar(Policar), pero antes de llegar a aquella población se volvía a partir por la mitad de nuevo y cada una iba por su acequia correspondiente, así se recogió en el documento del siglo XII ("Parten por medio toda el agua desta açequia deslindada en el dicho partimiento postrero en dos açequias", cada una de ellas tenía 1/4 del total del río). La primera de las acequias servía para regar los lugares de Bizar y Lares. Bizar tenía el agua toda la semana excepto el sábado que era para los de Lares. Este derecho lo mantuvo después el llamado campo de Façalares o Çafalares pues según parece los habitantes fueron abandonando el lugar y se instalaron en Beas de Guadix donde aparece un arrabal llamado Lares. La otra acequia regaba las tierras de Graena y de Cabçon, el primer lugar tenía agua todos los días del mes exceptuando 4 días al principio y 3 al final, es decir, 7 días era el agua para Cabçon «por la costumbre que tienen, por la diferençia de los días y noches» aunque los testigos no estaban muy seguros respecto a este último reparto ("E lo reconoçieron ecebto la conpañia entre Cabçon e Agrayena, questo no lo saben")

Los límites de este Sened llegaban hasta el Cortijo del Camarate, dependiendo por tanto de Guadix la aldea de Lugros junto al barrio del Marchalejo y las Herrerías, a las que los moriscos, al igual que anteriormente los romanos, llevaban el hierro para su transformación en herramientas.


Durante el período Nazarita fue una alquería dependiente de Beas de Guadix (entonces Beas de los Cautivos), contradiciendo a la ley de que la gente de la montaña siempre se impone a la del valle. Esto se debería lógicamente más que a fallo de la ley, al poco volumen demográfico que tenía en aquellos tiempos, ya que posiblemente no pasaba de aldea. Por ese motivo se le privó de la estructura jurídica suficiente para que pudiera levantarse allí una de tantas y tan interesantes, iglesias mudéjares.

Tras La Reconquista, la aldea fue repoblada con cristianos viejos provenientes de Navarra y Castilla que se esforzaron en hacer desaparecer todo lo relacionado con los musulmanes. De ahí posiblemente, el ritual de las matanzas caseras y la producción de vino. También se produjo un importante desarrollo de la agricultura y la ganadería. Se mantiene activa la siderurgia que existía hasta entonces e incluso se potencia (En 1489 Lugros sigue siendo un importante centro siderúrgico provisto de fuelles y martillos hidráulicos). En las herrerías se funde y trabaja el mineral que traen de Alquife y el extraído en el pueblo. Esto habría supuesto según M. Bertrand una intensificación de la explotación y una transformación del territorio por la cantidad de madera requerida en los trabajos de fundición (BERTRAND et alii, 1996: p. 189). En 1685 en las herrerías se fundían más 40 quintales de mineral).

De 1489 año de la conquista de los Reyes Católicos hasta la Rebelión o Alzamiento de los moriscos (1568-1571) fue creciendo la población. Sin embargo, estos cristianos eran insuficientes para llevar a cabo las labores del campo (agricultura y ganadería) y el rey Felipe II con su Real Cédula de 1571 da normas para el "nuevo aposentamiento de población". Así, poco a poco las propiedades se adjudicaron y las familias se fueron asentando, aunque fue un proceso lento que llevó su tiempo. Durante todos estos años sus habitantes, como buenos feligreses "cristianos viejos" cumplían sus deberes religiosos acudiendo a Beas, a pesar de los impedimentos de la distancia y las inclemencias del tiempo. En 1603 debido al crecimiento del pueblo se gestiona el hacer una capilla con el fin de evitar que los vecinos tuviesen que bajar a Beas a cumplir con sus deberes religiosos.

Sobre 1614, D. Belardino Olarte de Fuentes compra la jurisdicción del llamado LUGAR DE LUBROS, o Alcaría de Lubros, y en su lucha contra los administradores de Guadix por demostrar que Lubros era un lugar importante y merecedor de una Marquesado, en contra de estos, que querían apropiarse del agua de la sierra y por tanto no permitir asentamiento importante en el lugar, escribió lo siguiente "la alcaría de lubros no es un lugar yermo y despoblado, siendo como es debido desde que esta ciudad se ganó a los moros, que es lugar formado y antes que se ganase, también lo fue, y por ser así los moros le pusieron nombre de alcaría, porque así llamaban a todos los lugares, a diferencia de los heredamientos despoblados y áridos y fue lugar tan principal que tuvo y tiene hoy Castillo para su defensa y poblaciones menudas sujetas a él y Baños Artificiales y hace más de ciento veinte años que esta alcaría ha tenido población de quince o más vecinos y actualmente tiene más de veinte, fuera de gran número de gente que de ordinario está trabajando en las herrerías, que son parte de esta alcaría".

D. Belardino Olarte de Fuentes fue el primer Marqués de Lubros, marquesado que sigue vigente hoy en día en las manos de D. Luis de Osorno Picardo (extracto del Archivo General de Simancas, Legajo 300, fol.17 y Legajo 310, fol.1)A partir de la constitución del Marquesado, Lugros sufrió un crecimiento muy importante, debido en especial al auge de sus famosas Herrerías, éstas estuvieron funcionando hasta principio del siglo XX.


Geolocalización.

Lugros se enclava dentro de una de las tres zonas principales del relieve de Andalucía, las Cordilleras Béticas, y más concretamente dentro de la Depresión Intrabética o Surco Intrabético, una cadena de depresiones interiores y altiplanicies integradas por depresiones como la de Baza-Huescar, Guadix, Granada y Loja. Entre las dos formaciones montañosas de las Cordilleras Béticas, la Cordillera Subbética, al norte, y la Cordillera Penibética, al sur. En la depresión u Hoya de Guadix (la altiplanicie más elevada de la península).

Lugros es un pueblo alto y frío que se encuentra al NE de la provincia de Granada y a unos 63 km de la capital. Es el guardián más adelantado de la Accitania hacia la Sierra. Más allá el hombre apenas si ha podido con las dificultades climatológicas y geográficas. El pueblo está situado sobre una colina en el margen derecho del Río Alhama a una altitud de 1.250 metros sobre el nivel del mar. Sus coordenadas geográficas son 37° 14′ N, 3° 14′ O. pertenece a la comarca de Guadix y limita al Norte con los términos municipales de Guadix, Policar y Cortes y Graena, al Este con Cogollos de Guadix y Jerez del Marquesado, al Sur con Guejar Sierra y al Oeste con La Peza y Quéntar.

Lugros es un municipio rico en espacios naturales protegidos. Su término municipal tiene una superficie de 63,3 km2 aproximadamente, localizados en una posición intermedia en el macizo de Sierra Nevada, estando su parte sur incluida en la sierra y con una importante porción de la misma dentro de los limites de los Parque Natural y Nacional de Sierra Nevada.

Destaca un paisaje de media montaña, donde el relieve y la litología no permiten el desarrollo extenso de la agricultura. Este paisaje serrano se caracteriza por un relieve de lomas redondeadas con cimas amesetadas. A media que ascendemos nos encontramos con un paisaje alpino donde es característico el suelo, sin apenas vegetación. Aunque presenta un aspecto inhóspito y desnudo, hay muchas especies vegetales, casi todas endémicas de Sierra Nevada, que colonizan las zonas más desnudas e inaccesibles.



Sus increíbles paisajes y sus extremos contrastes, tanto entre estaciones como en la misma estación, aseguran una experiencia única y placentera para los sentidos del visitante. Dentro del término municipal y ya en el Parque Nacional se encuentra una de sus mayores joyas la “Dehesa de El Camarate”.


La Dehesa del Camarate.

La Dehesa del Camarate es una finca de 1600ha perteneciente al término municipal de Lugros y dentro del Parque Nacional de Sierra Nevada. S...